Que te comuniquen un despido nunca es fácil. A veces llega de forma inesperada, sin explicaciones claras o con argumentos que no encajan. En esas situaciones es normal preguntarse si realmente la empresa tiene motivos para echarte o si el despido podría ser improcedente. Entender qué significa, qué puedes reclamar y cómo actuar desde el primer momento es clave para proteger tus intereses.
H2: ¿Qué es exactamente un despido improcedente?
Un despido es improcedente cuando la empresa no consigue justificar la causa alegada o cuando no cumple con los requisitos formales que exige la ley. Esto ocurre, por ejemplo, cuando te despiden invocando un bajo rendimiento sin haberlo acreditado, cuando no te entregan una carta clara o cuando el procedimiento que han seguido tiene defectos.
También puede considerarse improcedente —o incluso nulo— si el despido vulnera derechos fundamentales, como podría suceder en casos de discriminación, represalias o situaciones protegidas.
¿En qué se diferencia un despido procedente, improcedente o nulo?
La calificación del despido determina por completo tus derechos.
Un despido procedente significa que la empresa ha demostrado la causa y no existe derecho a indemnización más allá de la prevista para algunos supuestos.
Si el despido es improcedente, la empresa debe elegir entre readmitirte o abonarte la indemnización correspondiente.
Y en los casos en los que el despido se declara nulo, por vulneración de derechos fundamentales, la empresa está obligada a readmitirte y a pagar todos los salarios que dejaste de percibir mientras el caso se resolvía.
Qué hacer cuando sospechas que tu despido es improcedente.
Ante la duda, es importante actuar con rapidez y orden, especialmente porque los plazos legales son muy breves.
Lo primero es pedir a la empresa la carta de despido si no te la han dado. Ese documento es esencial: debe indicar la fecha de efectos del despido y explicar los hechos concretos que la empresa utiliza para justificar su decisión. Sin una carta clara, la empresa parte con menor capacidad para defender su postura.
Al recibir el despido, también debes revisar el finiquito y cualquier indemnización que puedan haberte ofrecido. El finiquito debe recoger todo lo que la empresa te adeuda: salario pendiente, vacaciones acumuladas, pagas proporcionales… Si no estás seguro de que la cantidad sea correcta o si sospechas que están intentando que renuncies a reclamar, evita firmar como “conforme”. Puedes escribir “recibido, no conforme” y luego solicitar asesoramiento.
Si después de revisar la carta y el finiquito consideras que el despido no está justificado, el siguiente paso es presentar una papeleta de conciliación ante el SMAC de tu comunidad autónoma. Este trámite es obligatorio y debe realizarse en un plazo máximo de 20 días hábiles desde la fecha del despido. Aquí trabajador y empresa tienen la oportunidad de llegar a un acuerdo sin necesidad de ir a juicio.
Si en la conciliación no se alcanza un entendimiento, debes acudir al Juzgado de lo Social mediante una demanda. Será el juez quien determine si el despido es procedente, improcedente o nulo.
¿Qué puede ocurrir si un juez declara que tu despido es improcedente?
Cuando el juez concluye que el despido no se ajusta a la ley, la empresa debe decidir entre dos caminos: readmitirte o indemnizarte.
La readmisión implica que vuelves a tu puesto de trabajo y la empresa te paga los salarios de tramitación, es decir, lo que dejaste de cobrar desde que te despidieron.
Si opta por la indemnización, esta se calcula en función del tiempo trabajado:
33 días por año para el periodo posterior a febrero de 2012 y 45 días por año trabajado para el tiempo anterior, con los límites legales establecidos.
Derechos del trabajador cuando el despido es improcedente.
Cuando el despido no es legal, el trabajador conserva una serie de derechos importantes:
- El derecho a recibir la indemnización que corresponda
- La posibilidad de reincorporarse al puesto si la empresa así lo decide
- El derecho a salarios de tramitación en determinados casos
- El acceso a la prestación por desempleo si cumple los requisitos.
Además, puede contar con asistencia letrada para reclamar, lo cual es fundamental para evitar errores y aumentar las probabilidades de éxito.
Plazo para reclamar: el detalle más importante.
Uno de los aspectos más sensibles es el plazo. Solo dispones de 20 días hábiles para impugnar un despido. Este plazo excluye fines de semana y festivos y no puede ampliarse bajo ninguna circunstancia. Por eso es esencial reaccionar a tiempo.
¿Necesito un abogado laboralista para reclamar?
Aunque la ley no te obliga a ir con abogado durante la fase de conciliación, contar con un profesional especializado es casi siempre lo más recomendable. Te ayuda a interpretar la carta, calcular la indemnización real, negociar con la empresa y preparar la estrategia si el caso termina en juicio.
Para presentar demanda ante el juzgado, sí es necesario acudir representado por un abogado o un graduado social, lo que garantiza que tu reclamación esté correctamente fundamentada.
Antes de tomar cualquier decisión
En materia de despidos, los detalles importan: la forma en que la empresa comunica la decisión, el contenido de la carta, las fechas, la documentación que entregan y los pasos que tú das inmediatamente después.
Si sospechas que tu despido no es conforme a la ley, lo mejor es buscar asesoramiento lo antes posible.
En LexAdvisor puedes encontrar abogados laboralistas especializados que revisarán tu caso, resolverán tus primeras dudas y te guiarán en todo el proceso.
Preguntas Frecuentes (FAQs)
¿Puedo cobrar el paro si me despiden de manera improcedente?
Sí. Mientras cumplas los requisitos de cotización y te inscribas en el SEPE como demandante de empleo, tendrás derecho a la prestación.
¿Es habitual que la empresa proponga un acuerdo antes del juicio?
Sí, es bastante frecuente. Muchas empresas prefieren resolver el conflicto mediante una compensación económica antes de llegar a juicio. Lo importante es analizar bien el acuerdo antes de firmarlo.
¿Qué pasa si no quiero volver a mi puesto después del despido?
Si el juez declara la improcedencia y la empresa opta por readmitirte, rechazar la reincorporación puede considerarse baja voluntaria. Eso significa renunciar a indemnización y desempleo, por lo que es recomendable negociar esta situación antes de la sentencia.